miércoles, 29 de octubre de 2008

Vergüenza de NO consumir


Hace un par de días me sentía orgulloso volando en una empresa de prestigio hacia Chile, una empresa colombiana en la que me sentí acogido, respetado, querido, en resumen, una excelente atención. Sentí que podía gritar a los cuatro vientos, a los siete mares y a todas las aerolíneas del planeta que había viajado en Avianca, en clase ejecutiva, pero en Avianca.
En este vuelo leí un artículo acerca del consumo y cómo las empresas publicitan sus productos y nos manipulan para generarnos una necesidad. Bueno, eso ha ocurrido desde tiempos inmemoriales, desde que los vendedores viajeros iban de pueblo en pueblo alabando las características de los elixires contra la caída del cabello, para que los negros piensen como blancos, o para asegurar la muerte en caso de que fallara un tiro en la cabeza. Todos ellos deseaban para su producto la fama, para que las personas lo consumieran, incluso aunque valiera más que cualquier otro con la misma eficiencia; la diferencia radicaba en el nombre del producto: estaba de moda y era necesario ese para obtener estatus social.
El artículo, escrito por Dan y Chip Heath, citaba a partir de otro artículo el caso de China: ahí no era un estigma social la caspa, pero Procter & Gamble para su producto Head & Shoulders lo generó, a través de una acertada campaña publicitaria. La cita además mencionaba que esa un ejemplo a seguir para las empresas. Vd. debe avergonzarse de no tener el producto
La cita continuaba diciendo que “los comercializadores deben tomar nota sobre la forma de sanitizar lo común”, y ponen por ejemplo: Tome Coca cola, porque no saben donde estuvo su agua –y nosotros no sabemos cual es la receta de la Coca Cola, todo es cuestión de confianza-.
Ahora soy mejor persona, desde que ingresé al Centro de Transformación Integral, me he transformado en protestante, no como carnes rojas, uso siempre la ropa adecuada al momento que vivo, mi color de piel ahora es blanco, puedo elegir entre veinte tonos de rubio y rojo para el teñido permanente de mi cabello. Los médicos prevén que moriré dentro de una semana por inanición, y es que el botox de mis labios no me deja comer, provocando una excitante sonrisa que se mantiene las veinticuatro horas del día. Han sido las dos semanas más preciosas de mi vida, y seré feliz durante el resto de ella


Ilustración tomada de Foto: cagle.msnbc.com/.../CagleHowTo/BotoxRGB.jpg

6 comentarios:

SUSANA FUNES dijo...

Otro gran ejemplo de esas estrategias de mercado fue la practicada por Alka-Seltzer cuando incremento dramaticamente sus ventas, al presentar en su publicidad la imagen de dos tabletas disolviendose en el vaso, en lugar de una.
Y es que recuerda: tanto el tinte como el botox, hay que aplicar, aclarar y volver a aplicar ;-)

Parnasiana dijo...

Já!
Me gustó.
Tan simpático (:

Jose Urriola dijo...

Amigo,
Búscate el "Fantasmas" de chuck palahniuk. No tiene nada que ver con esto... o sí, es absolutamente esto pero con el doble de rabia.
Un abrazo

La Espe dijo...

:O plop!
fiel ejemplo de lo inducidos qu estamos

está bueno!

Oyee..hace tiempo que no pasaba por aquí, es que como habías cambiado de dirección :(
Un beso!!!!

La Espe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Parnasiana dijo...

Ese comentario iba en mi blog, ladrón.
Je, je, je.