jueves, 25 de septiembre de 2008

“3:10 to Yuma”: Aprendiendo a disparar al hombre correcto.

A cada hombre le parece correcto su proceder.

El Señor Juzga sus corazones (proverbios 21:2)



Un hombre correcto no es el que le dispara a otro hombre para matarlo ¿O se justifica matar a un hombre por una razón, la que sea? Según los cristianos Dios es el único que puede administrar justicia en ese aspecto, sin embargo, el hombre se ha hecho cargo de repartir “justicia” a diestra y siniestra.


¿Cómo definir quién es malo y quién es bueno? Simple: el que parece seguir las reglas del juego es bueno, el que parece no seguirlas es malo, y quien impone las reglas es el que está arriba, y los de abajo… que se jodan, así cantaba Mariano Azuela, así cantaba Rulfo, así cantaba Dostoievski. En esta película todos se jodieron. Aquí no hay buenos, pero tampoco ninguno de ellos es malo. Hay muchas bandas de animales: la de Ben Wade, la de Hollander, los que capturan a Wade en las minas, etc, y como en la fábula de la rana y el escorpión... es su naturaleza. Hay pocos que le tomen el peso a lo que ocurre, ni siquiera la mayoría de los espectadores.


En la película nos enteramos también de que existe una cosa que se llama dinero y que mueve las diligencias, el tren y los pensamientos –baja faldas, eleva hombres, salva vidas y un extremadamente largo etcétera-, y al que todos apuestan. Ahora, supongamos que bajo este régimen sí hay un hombre “bueno”, que se muere de hambre y sed, que sus hijos se mueren de hambre y sed y otras cosas; que es justo -según los parámetros cristianos-, que es capaz de llegar hasta las últimas consecuencias para que se cumpla algo parecido a la justicia; y alguien le dice: “te regalo lo suficiente para que no te mueras, ni tu mujer ni tus hijos, para que seas un hombre de bien, con mal dinero”. El mal dinero salvará vidas, el mal dinero es un premio para un hombre justo, y con justicia se administrará ¿Lo debe aceptar?¿Es justo no aceptar, dar la vida, ser el héroe que no se pudo ser? A padre muerto, padre puesto; a esposo muerto, esposo puesto; o nos morimos todos o no se muere nadie, pero de dinero malo nada.



Las armas las carga el diablo, las armas las carga el demonio. El forajido carga “La mano de Dios” y vendrá la venganza de él mismo.


En este western se van todos al infierno.




El que guarda su boca guarda su vida,

pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre. (proverbios 13:3)