
Y sin embargo pecan, como todos pecamos, como yo he pecado, de vanidad –si es que creyese en dios-. Pero ¿Es eso reprochable? ¿Cómo llegar a la gente si no es a través algo que puede parecer irreal para llegar hasta la profundidad de lo que siente? Miren por ejemplo esta foto de los cardenales, parece un cuadro, parece que hubiesen puesto uno de esos ventiladores gigantes y a todos ellos en posición. Los colores, el encuadre, el simbolismo –si es que lo hay-, la composición, todo lo que está moldeando la foto parece irreal, pero ocurrió tal cual. Esto más allá de los montajes y trucajes de fotografía. No son necesarios, el mundo nos muestra lo mismo y más.
No estoy hablando de cosas irreales, de arte por el arte, de fotografía por fotografía, de cosas bellas que no dicen nada. Lo que vemos en la mayoría de las fotos ocurrió realmente, y nos golpea con un guante, blanco, podrido, sucio o con todos ellos juntos. Es el mundo tal y como está desde el 2000, en diferentes perspectivas. La muestra de la que hablo es la del Palau Robert y se llama “Reuters mira al mundo”. Pero esto lo puede comentar mejor Susana. Aquí vamos a ver a gente riendo, gente feliz, a gente que lo ha perdido todo o que nunca ha tenido algo; a nosotros, es un espejo de nosotros; aciertos y desaciertos políticos, el hombre y el hambre.
Quizás como dice Susana, el fotógrafo no debe ayudar para mostrarnos lo que pasa, quizás el fotógrafo debe mostrar su propia muerte para que sirva de algo, quizás el fotógrafo debe sacrificar sus propias emociones. Nunca sabré responder si vale más un fotógrafo por mostrarnos lo que nos muestra o dejar eso y tratar de ayudar. ¿El sacrificio de uno por el bien de todos?¿el mal menor?
Miles de palabras…
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Fotógrafos Reuters en exposición "Reuters mira al mundo" del Palau Robert -Junio, Julio, Agosto 2008 (de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha): Akintunde Akinleye, Max Rossi, Juan Medina, Ahmed jadallah, Ilya Naymushin, Radu Sigheti, Dylan Martínez, Arko Datta