miércoles, 14 de enero de 2009

¿Es esto una reseña? - Me preguntó un amigo (Morris "Mauricio" Berman en Chile)










Hace aproximadamente una semana se realizó un encuentro con Morris Berman, uno de los críticos culturales estadounidenses más importantes hoy día. Se presentó en el Observatorio de Lastarria, un local ubicado en el corazón del barrio con el mismo nombre –Lastarria- en pleno centro de Santiago. El sector bulle de actividad intelectual contemporánea a la vanguardia. Es un barrio rodeado de cafés y librerías o cafés librerías. En ese corazón fue donde Berman se sentó, escuchó y habló.

La estructura de
l “encuentro” –los organizadores evitaron un nombre- fue particular: mientras Berman se sentaba en primera fila entre el público, el presentador junto a tres expositores daban inicio a la conversación. Los expositores eran Leonardo Arce Vidal, un estudiante de filosofía de la Universidad de Chile; Andrés Pérez, arquitecto; y Fernanda Weinstein, egresada de literatura de la Universidad del Desarrollo. Las primeras dos exposiciones hacían referencia a la trilogía de Morris Berman –los primeros tres libros que corresponden a su pensamiento y que son más bien teóricos-. La primera de ellas hablaba, en términos bastante técnicos –filosóficos-, de lo que sería casi una explicación epistemológica de la postura intelectual del crítico cultural, en función de la dicotomía sí mismo/lo otro.

El turno del arquitecto fue interesante y bastante iluminador, sin ser una reseña, del pensamiento del autor sobre la base del planteamiento de los “límites de la razón” por llamarlo de alguna manera. La exposición hablaba, principalmente de la disociación entre la razón y la metafísica, y cómo Berman establecía relaciones para mostrar como se asociaban ambas de alguna manera.

Fernanda Weinstein, finalmente, habló acerca de El Crepúsculo de la Cultura Americana -The Twilight of American Culture-, el libro, como ella misma dice, más breve y menos teórico de Berman. En este libro el autor trata de mostrar las relaciones existentes entre la decadencia y caída del imperio romano de occidente con la del imperio estadounidense. Sin embargo, en la red pueden encontrar todo lo que requieran para saber un poco más del su pensamiento -incluso pueden leer su blog-, por lo tanto, no hablaré del libro, sino de lo que expuso la señorita Weinstein.

Debo decir que su trabajo me interesó, en particular, por la extrapolación del análisis que hace Berman a la sociedad estadounidense, aplicándolo a Chile y extendiéndolo al continente por momentos. A través de este ejercicio, bien llevado a cabo me parece, podemos entender que estamos influenciados por la cultura estadounidense, pero ¿Hasta qué punto?¿Esta influencia ocurre así sólo en Chile?¿Ocurre también en Latinoamérica?¿Se puede extrapolar al mundo occidental? Creo que la respuesta a esta pregunta es afirmativa, ya que en la mayoría de los casos, en diferentes niveles, el problema que vive EE.UU. se repite a diferentes escalas. El modelo que hemos imitado sin restricciones tiene errores, y no muchos se preocuparon de adaptar modelos y corregir los errores. Cada cultura adaptó los patrones a su modo de vida, sin embargo, los errores venían dados ya en la “obra gruesa” por llamarlo de alguna manera.

Aquí usted puede insertar un ensayo que con el que me niego a aburrir al lector más aún.


Finalmente, la exposición de la colega termina acercándose a la idea de “nuevos individuos monásticos” –NIM-, que plantea Berman, con la que estoy en desacuerdo:


“El nuevo monje es un humanista sacro/secular, dedicado no a los eslóganes ni a los dialectos posmodernistas en boga, sino a los valores de
la Ilustración que se hallan en el corazón de nuestra civilización: la búsqueda desinteresada de la verdad, el cultivo del arte, el compromiso con el pensamiento crítico, entre otros. Sobre todo, conoce la diferencia entre calidad y kitsch, y busca preservar la primera en la faz de una cultura que se hunde en el segundo (…) Elige, en breve, salvar su vida a través de la opción monástica”

Creo que la élite de alguna manera debe existir, sea en el centro o en el margen, pero no puede alienarse o aislarse de la sociedad si quiere lo mejor para ella. Tratar a la gente como una ameba que puede ser vista a través de un microscopio no me parece adecuado, aunque puede ser útil. No me p
arece que el intelectual, el pensador deba estar al margen, en cualquier sentido, de la sociedad o de las corporaciones, ni siquiera estoy tan seguro que deba oponerse al modo de vida que lo rodea, mal que mal, es la única forma de conocer cómo funciona y por qué funciona así. Epistemológicamente se me puede criticar.

La figura del ermitaño, creo, queda para el genio y el profeta, alguien humilde que reflexiona hoy en día debe tener acceso al conocimiento desde alguna parte, y darlo a conocer desde alguna parte, para ayudar a reconstruir lo que se destruya o para ayudar a construir algo.

Por otro lado, tampoco creo que a priori alguien arbitrariamente pueda definir cuales son los valores a conservar, que alguien pueda definir la verdad o si siquiera existe -o la suma de verdades-, solo hay consensos, creo–las ciencias lo reconocen-.

Para terminar con lo citado: ¿No se impuso a principios de la Edad Media a un grupo de “sabios” a definir lo que era cultura de lo que era mera entretención o cultura popular? ¿No es en alguna medida, preservar algo, transformarlo en un objeto de museo inamovible, estático y sagrado, refiriéndose a la cultura o productos culturales?¿No volvemos con eso al mismo discurso que estamos combatiendo?


Quizás, como no soy un ávido lector de Berman, no entiendo su
concepto de “Paradojas”, o no entendí bien la idea. Agradecería si algún lector me corrige.

Sin embargo, hay que señalar que más allá de no estar de acuerdo con este planteamiento, las exposición de Fernanda es certera e incisiva, además de su estilo ameno. Búsquenla próximamente en su librería más cercana… y a Berman, bájenlo de Internet si pueden o compren su libro, mal que mal, tiene que comer para seguir pensando.


P.D.: Hacia el fin del encuentro Berman leyó un texto con ideas parecidas al que pueden encontrar en su blog el 13 de noviembre

La imagen en mosaico: Emperor Bush by ~Audwee, se admiten visitas